Avances hacia una alternativa al acuerdo Ceibal – Google

Avances en el acuerdo Ceibal – Google

Publicado el miércoles 26 de agosto del 2015 a las 12:42 hs en: http://www.espectador.com/tecnologia/322005/avances-en-el-acuerdo-ceibal-google

La “Pausa para el Café” de miércoles se centró en la tecnología aplicada a la educación y el polémico acuerdo entre Ceibal y Google. Los ingenieros Eduardo Grampín y Claudio Risso, y el ingeniero y director del Instituto de Computación de Facultad de Ingeniería, Franco Robledo, profundizaron en el acuerdo, su contexto y las implicancias para el país.
El acuerdo implica que estudiantes y docentes de instituciones privadas y públicas puedan usar su paquete de aplicaciones Apps for Education, habilitando la apertura de una cuenta de correo electrónico en Gmail, y una de almacenamiento de datos Drive. Datos se alojarán en un servidor que está en Estados Unidos.
El Consejo Directivo Central de la Universidad de la República, manifestó su preocupación por el «acuerdo sin la requerida discusión previa y donde queda en cuestión la protección de los datos personales de los menores de edad alumnos de la ANEP en clara discordancia con la normativa vigente».
Los invitados dieron detalles de las posturas de Antel y ANEP en relación al acuerdo y explicaron el contexto en el que decidieron incorporarse a la discusión en calidad de expertos. Además, revelaron las alternativas que ofrecieron, priorizando los intereses que planteara la ANEP, algo que, hasta el momento, no se había tenido en cuenta.

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Avances hacia una alternativa al acuerdo Ceibal – Google

Sobre el acuerdo Google-ANEP-Ceibal y sus diferentes dimensiones

                                   
Después de varias semanas de debate público sobre el acuerdo Google-ANEP-Ceibal, en el que nuestro colectivo recabó más de 300 adhesiones, logramos que se pusiera a consideración una alternativa a este acuerdo para proveer a los docentes y estudiantes del Plan Ceibal, correo electrónico y herramientas de colaboración análogas a las que se proponían en el acuerdo con Google, pero sin sus inconvenientes. Llegamos entonces al punto de poder buscar, como sociedad, una propuesta superadora.
Si bien el presidente del Plan Ceibal, Ing. Miguel Brechner, no ha aportado información clara acerca de si el acuerdo con Google fue descartado definitivamente o no, lo cierto es que autoridades de UdelaR y de Antel, con el apoyo explícito de la Comisión de Educación y Cultura del Senado, han decidido desarrollar una alternativa local para proveer herramientas al Plan Ceibal que mejoren la educación a través de las TIC. Esta nueva iniciativa se comenzaría a discutir en la reactivada Comisión Ceibal, en la que se reúnen distintos organismos públicos para apoyar al Plan Ceibal e incidir en su mejor desarrollo. Celebramos estos pasos como excelentes noticias.
A lo largo de estas semanas de debate nos hemos encontrado con personas sinceramente contrariadas ante lo que consideran la posible pérdida de una oportunidad de mejorar la educación con herramientas TIC. Queremos en este nuevo comunicado llegar a esta parte de la opinión pública para ayudar a entender qué promovemos y a qué nos oponemos, desde cuatro puntos de vista: desde el punto de vista de la protección de datos de los estudiantes, desde el punto de vista de las mejoras en las tecnologías educativas, desde el punto de vista del gasto público y de los hogares, y desde el punto de vista del desarrollo tecnológico soberano.

La protección de datos de los estudiantes: Google y su modelo de negocios 

El acuerdo Google-ANEP-Ceibal es perjudicial para la protección de datos de los alumnos y docentes del sistema educativo. El informe elaborado por la Unidad Reguladora y de Control de Datos Personales de AGESIC acerca del tema se limita a explicar el «compromiso» que asume Google respecto del uso de los datos personales de los usuarios. En otras palabras, simplemente analiza la legalidad los términos y condiciones del servicio impuestos por Google. Pero no dice nada sobre cómo y dónde reclamar si un usuario uruguayo es violentado en su derecho a la privacidad y a la protección de sus datos personales. Y ese es, de hecho, el principal problema: si Google incumple el contrato (algo que ya hizo en diversas oportunidades en otros países), el derrotero para acceder a la justicia se convierte en una verdadera pesadilla, dado que todos los datos se encuentran alojados bajo jurisdicción extranjera. Este problema es bien conocido, entre otros, por las autoridades europeas del área de protección de datos, quienes, con mucha dificultad y casi sin éxito, le han exigido en numerosas ocasiones a Google que solucione los problemas de protección de datos que comprometen la privacidad de sus ciudadanos. Imaginemos lo poco que podrá lograr un usuario común que pretenda proteger su privacidad, y mucho menos, un niño o un adolescente.
Google es una empresa que vive literalmente de violentar la privacidad. Su modelo de negocios consiste en acceder a todos los datos de sus usuarios, de la forma más exhaustiva posible, para vender publicidad segmentada. Su política de privacidad está unificada para una amplia gama de servicios y le permite recabar y combinar datos de dichos servicios para conformar detallados perfiles de sus usuarios con el fin de optimizar su mercado de publicidad personalizada. Si bien la empresa afirma que en su versión educativa no se muestra publicidad, esto no quiere decir que no recabará y procesará los datos de los docentes y estudiantes para mostrarles publicidad en otros servicios de Google, como por ejemplo, el buscador o YouTube. De hecho, esto ocurrió y fue admitido por abogados de Google en una demanda ganada por estudiantes universitarios en EEUU el año pasado
En otras palabras, no es la protección de la privacidad sino la explotación comercial de los datos personales lo que está en la misma esencia del diseño de Google. No se trata de un aspecto colateral, sino que es parte fundamental del modelo de negocios de la compañía. Es por ese motivo que, por mencionar un ejemplo, en el Houston Independent School District de EE.UU. (con 210.000 niños usando el modelo 1 a 1), las autoridades decidieron utilizar otro producto, rechazando el que ofrecía Google, por ser esta una empresa cuyo modelo de negocios se centra en el data mining. 
Por todo lo anterior, no queremos que la educación uruguaya adopte institucionalmente los servicios de un proveedor que tiene como base de su modelo de negocios el rastreo de las comunicaciones personales. Es inaceptable que las autoridades de protección de datos de nuestro país no exijan ningún mecanismo efectivo para controlar y sancionar a Google en caso de un incumplimiento de su «compromiso» de no violar la privacidad de los usuarios del Plan Ceibal. Lo que el sistema educativo uruguayo necesita son servicios no intrusivos, que no recopilen datos personales, excepto los mínimamente necesarios para su funcionamiento, y en ese caso cumpliendo a cabalidad con la legislación vigente (Ley 18.331, entre otras). Claramente, estos servicios no los puede brindar una empresa que se dedica a todo lo contrario: recabar y examinar todo lo que los usuarios hacen en Internet.  

Las políticas de tecnología educativa: todo bajo el control de uno solo

La polémica que se desató tiene otro eje en el control que ejercerá Google como proveedor de tecnología educativa en caso de que se ponga en marcha el acuerdo. Basta con acceder a la web corporativa del programa Google for Education para comprobar que se trata de una plataforma que ofrece todos los servicios bajo el control de Google: herramientas de comunicación y productividad, aplicaciones educativas e incluso dispositivos. Las cuentas gratuitas que provee Google al sector educativo son, casualmente, imprescindibles para el siguiente paso: el acceso a las aplicaciones y contenidos educativos de Google Play for Education, paso en el cual el Ing. Brechner admitió que se estaba avanzando. Y el uso de las aplicaciones y contenidos de Google Play for Education solamente es posible con laptops y tablets de Google

Del comunicado del Plan Ceibal del 22 de julio se desprende que la variedad de proveedores y la diversidad de propuestas y soluciones han sido hasta ahora saludables para Ceibal. Pero el acuerdo Google-ANEP-Ceibal nos genera un justificado temor por el viraje hacia un modelo de plataforma centralizada, controlado por un monopolio extranjero. ¿Cuánta flexibilidad y autonomía conservarían Ceibal y el sistema educativo uruguayo a la hora de decidir sobre las tecnologías educativas? El riesgo patente en el acuerdo con Google es que el Plan Ceibal quede reducido a un mero intermediario institucional entre los 700.000 usuarios del sistema educativo y Google. Y los planes comerciales explícitos del programa Google for Education en el mundo, no son otros.
Por lo tanto, lo que no queremos es que el futuro del Plan Ceibal dependa de una plataforma única, centralizada y excluyente, que bloquee la diversidad necesaria para su sustentabilidad. Se debe evitar que Ceibal comience a transitar el camino hacia la dependencia de un único proveedor para todos sus servicios. Proponemos que se mantenga la apertura y pluralidad de opciones para definir qué tecnologías educativas se van a implementar. La mayor apertura y pluralidad se basan, entre otras cosas, en el software libre y en la web abierta, que permiten a la comunidad y a las autoridades educativas seleccionar, desarrollar e implementar las tecnologías que mejor se adapten a las necesidades de la educación pública. Tal apertura no sería posible con plataformas monopólicas que unifican cuentas de usuarios, aplicaciones y dispositivos bajo el dominio de una corporación multinacional.

El gasto del Estado y de las familias: un regalo con costos ocultos

A diferencia de lo que afirma el presidente del Plan Ceibal, el acuerdo Google-ANEP-Ceibal no es gratuito para el país. Para que todos los alumnos y docentes de la educación pública y privada de Uruguay accedan a estos servicios «ilimitados» alojados fuera del territorio nacional, Antel debe proveerles a todos esos usuarios la conexión con servidores ubicados en el exterior. Esto implica para la empresa telefónica estatal, contratar los servicios de los carriers internacionales que facturan por tráfico. El precio del tráfico internacional lo impone un mercado oligopólico, siendo mucho más alto que el del tráfico nacional, el cual es un parámetro que fija un ente público en función de nuestra estrategia de inversión y desarrollo como país. Que cientos de miles de nuevos usuarios de Google utilicen servicios y carguen sus documentos, imágenes y videos en servidores fuera del país supondrá gastos recurrentes de tráfico internacional que no pueden tomarse a la ligera.
Menos aún puede ignorarse que, si a raíz de este primer acuerdo, se avanza hacia la incorporación de las aplicaciones educativas de Google Play for Education, tal como ya dijimos que adelantó el mismo Brechner, se estaría optando por aplicaciones incompatibles con las ceibalitas actuales, exigiendo el uso de las computadoras Chromebook, diseñadas también por Google. El reemplazo de las máquinas implicará un nuevo gasto no previsto al firmar el acuerdo supuestamente gratuito.
Por otra parte, existen costos importantes que se trasladan a los usuarios de menos recursos. Nos referimos a aquellas familias que utilizan Antel Universal Hogares, el servicio de conectividad de 1 Gigabyte por mes ofrecido gratuitamente por el Estado uruguayo a todos los hogares con contrato de telefonía fija. Mientras que Antel no computa en los planes Universal Hogares el tráfico educativo a dominios .edu.uy (como por ejemplo el tráfico que se establece al utilizar la Biblioteca Digital Ceibal), el tráfico generado en los servicios de Google tendría que ser computado al no poder ser diferenciado. De esta manera, una vez superado el límite mensual de 1 Gigabyte, los usuarios deberán pagar por el tráfico generado al realizar sus tareas educativas.
En síntesis, el «regalo» de Google tiene en realidad costos ocultos que pagaríamos todos los uruguayos.  
Mientras tanto, la inversión tecnológica que viene haciendo Uruguay desde hace años permite perfectamente considerar que una «nube» educativa puede ser provista en territorio nacional por Antel. La empresa de telecomunicaciones estatal se ha encargado aceleradamente del tendido de fibra óptica, cuenta con dos importantes datacenters nacionales y viene mejorando notablemente su paquete de servicios Vera, ofreciendo desde hace meses una casilla de correo electrónico con funcionalidades y capacidad análogas a las que ofrece Gmail. Creemos que no se puede sencillamente desconocer estos avances en telecomunicaciones, dando por sentado que una megacorporación extranjera es la única capaz de brindar el servicio de tecnología educativa que se requiere.  
Por lo tanto, para analizar el acuerdo Google-ANEP-Ceibal, es necesario considerar el gasto público real que genera, y no descartar las capacidades nacionales de proveer servicios educativos en la nube a partir de la infraestructura que hoy ya está disponible en Uruguay. Esto nos lleva al siguiente punto, uno de los más importantes.

Las políticas de desarrollo tecnológico: no hace falta reinventar la rueda

Con las XO y otras ceibalitas, cada niño y niña tiene una computadora en clase y en su casa. Estamos dando un valor enorme a las tecnologías en la educación. Estamos forjando en las nuevas generaciones las capacidades para el desarrollo en el área de las TIC. Y sin embargo, cuando necesitamos una herramienta tan básica como el correo electrónico, el Ing. Brechner no confía en las capacidades nacionales ya existentes y en desarrollo, no escucha a las personas e instituciones que le ofrecen soluciones locales, y procede directamente aceptando las promociones comerciales de una corporación monopólica estadounidense. Creemos que esta es una actitud sumamente derrotista: significa ir en contra de la apuesta por un sector productivo TIC generador de trabajo y oportunidades para las generaciones que hoy se forman con Ceibal.
Contar con un webmail y una suite de colaboración online, gratuitos y de calidad, basados en software libre y alojados en territorio nacional bajo las leyes nacionales, sería un adelanto no solamente para los usuarios de Ceibal, sino también para las empresas, las instituciones y la ciudadanía en general. Este servicio ya está siendo provisto por Antel. Sin dudas puede mejorarse y adaptarse a las necesidades del sistema educativo, pero únicamente se podrá llevar a un nivel de excelencia si se apuesta por su continuo desarrollo.
En definitiva, lo que promovemos es un esfuerzo conjunto de Antel, la UdelaR y el Plan Ceibal para hacer de estos servicios una alternativa real que satisfaga la demanda del sistema educativo uruguayo. No es necesario reinventar la rueda y empezar de cero. Lo que es necesario es articular y desarrollar de forma coordinada las herramientas, capacidades e infraestructuras que ya existen.  
Google nos regala un servicio del que solamente podemos decidir entre tomarlo o dejarlo. Este «regalo» no incluye la transferencia tecnológica indispensable para que nos apropiemos de la tecnología y del conocimiento acumulado. En cambio, nosotros queremos que nuestro sistema educativo apueste por tecnologías que habiliten el desarrollo tecnológico nacional.  
Todos sabemos que a veces hay «regalos» que es mejor no aceptar, y el acuerdo Google-ANEP-Ceibal es uno de ellos.
Sobre el acuerdo Google-ANEP-Ceibal y sus diferentes dimensiones

Portal de la UdelaR, 14 de julio 2015

Evaluarán alternativas locales al acuerdo del plan Ceibal

Reunión sobre acuerdo ANEP-Plan Ceibal-Google. Foto: Richard Paiva-UCUR.Representantes de la Universidad de la República (Udelar), el Plan Ceibal, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y de Antel, entre otros organismos, acordaron este martes analizar en el plazo aproximado de un mes «otras alternativas» al acuerdo alcanzado con la empresa Google, así como «las componentes educativas, sociales y políticas de la situación planteada», informó el rector Roberto Markarian.

En el encuentro participaron, además del rector, la prorrectora de Investigación, Cecilia Fernández, el presidente del Codicen de ANEP, Wilson Netto, el presidente de Antel, Andrés Tolosa, el director ejecutivo de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC) José Clastornik, el asesor en tecnologías de la información Nicolás Jodal, el director de Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y gerente de Ceibal, Fernando Brum, la decana de la Facultad de Ingeniería, María Simon, el director del Centro Universitario Regional del Este (CURE), Gonzalo Perera, el docente del Instituto de Computación de la Facultad de Ingeniería, Claudio Risso y el director del Plan Ceibal, Miguel Brechner quien lo hizo de manera virtual. Markarian dijo que si bien «hubo opiniones distintas sobre diversos problemas», la discusión fue «franca».

El 7 de julio la Udelar resolvió expresar «honda preocupación» por la posible aplicación de un acuerdo entre el Plan Ceibal y la ANEP con la empresa Google, «sin la requerida discusión previa». Según el Consejo Directivo Central, el convenio coloca «en cuestión la protección de los datos personales de los menores de edad alumnos de la ANEP, en clara discordancia con la normativa vigente en nuestro país». Por ello y otras razones la Udelar se dispuso «para colaborar activamente en la discusión abierta y minuciosa de alternativas eficaces, en el plano tecnológico, social y económico y que sean garantes de la protección de los derechos consagrados por la legislación nacional».

La decana María Simon destacó la participación de actores de distintos organismos y subrayó la presencia del Ministerio de Industria, Energía y Minería, representado por el asesor de la Dirección Nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual, Nicolás Antoniello, «que en cierto modo trae la voz y la sensibilidad de las empresas privadas de informática». Simon también se refirió a los cambios en la última década. «Hace diez años no existía el Plan Ceibal ni la AGESIC, y me llena de satisfacción que estén progresando», resumió.

En los próximo 30 días el consejo honorario de asesoramiento en TIC de la ANEP -integrado por representantes de todos los organismos y desde ahora también por la Udelar-, analizará las componentes educativas, sociales y políticas del acuerdo. «También se acordó trabajar en una alternativa técnica nacional para el almacenamiento de datos en una nube nacional -informó Simon-, que podía ser provista por Antel». La empresa de telecomunicaciones informó que su servicio de correo Vera «ya está bastante cerca y tendría que desarrollar algunas cosas más». Representantes de Antel explicaron que «generalmente es más económico alojar datos localmente que hacerlo internacionalmente y pagar el tráfico que se genera», transmitió Simon. A partir de ahora Antel, ANEP y el Plan Ceibal trabajarán en una alternativa «suficientemente buena» para las necesidades que generaría este almacenamiento de datos y uso de aplicaciones.

«Tenemos conciencia de que esto no puede demorarse porque también está el costo de no hacer, pero también tenemos claro que es muy caro revertir», dijo Simon. «Por ejemplo, si empezáramos usando por algunos meses Google, que es lo que está planteado, después es muy difícil revertir una solución nacional porque una vez que el usuario se acostumbra le resulta muy difícil cambiar».

Simon reflexionó sobre «una especie de gran optimismo tecnológico, en el sentido de que la tecnología lo resuelve todo», y «por otro lado un pesimismo nacional de “aquí mejor no, mejor confiamos en las soluciones de otro lado”. Acá también se están gestando soluciones igualmente buenas. La intención no es cerrar fronteras. Justamente, por abrirlas es que estamos aprendiendo».

El artículo original está disponible en este link: http://universidad.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/37574/refererPageId/12

Portal de la UdelaR, 14 de julio 2015

Nota el La Diaria, 8 de julio 2015

Roberto Markarian en el Consejo Directivo Central de la Universidad. Foto: Pablo Vignali (archivo, mayo de 2015)
Roberto Markarian en el Consejo Directivo Central de la Universidad. Foto: Pablo Vignali (archivo, mayo de 2015)

Cumulus nimbus

Udelar manifestó “honda preocupación” por acuerdo que permite a estudiantes y docentes de ANEP uso ilimitado de herramientas de Google.

La Universidad de la República (Udelar) tomó cartas en el acuerdo que contrajeron la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Plan Ceibal y la multinacional Google. El acuerdo que se firmó semanas atrás permite que estudiantes y docentes de la educación primaria y secundaria, tanto de la órbita pública como privada, accedan al almacenamiento ilimitado de materiales, a casillas de correo sin publicidad, también con espacio ilimitado, y al uso de herramientas de trabajo colaborativo, todos servicios proporcionados por la empresa Google.

El Consejo Directivo Central (CDC) de la Udelar tomó el tema hace 15 días, a partir de preocupaciones planteadas por dos ingenieros: la decana de la Facultad de Ingeniería, María Simon, y el director del Centro Universitario Regional Este, Gonzalo Perera. En su sesión de anoche, el cuerpo terminó aprobando una declaración que plantea que si bien las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) “proveen herramientas sumamente provechosas” a la educación, las medidas concretas para su desarrollo “deben estar en concordancia con otras políticas generales de Estado”. Además, la declaración plantea que dichas medidas deben ser producto de una “debida información pública” que posibilite una discusión sobre aspectos técnicos, políticos, económicos y jurídicos.

El CDC mostró además una “honda preocupación” por la aplicación de un acuerdo en el que “quede en cuestión la protección de los datos personales de los menores de edad estudiantes de la ANEP, en clara discordancia con la normativa vigente en nuestro país”. Además, la Udelar considera necesario un análisis sobre los costos que acarrea la solución tecnológica que se decide implementar, porque considera que ninguna de las opciones posibles queda exenta de gastos e inversiones. Acerca de este punto, Simon explicó en la sesión que cuando un usuario envía datos a un servidor que se aloja en el exterior -como es el caso de los servidores de Google-, “alguien debe pagar” por el tráfico internacional, gasto que por lo general es absorbido por Antel.

Según la decana, la capacidad que se necesitaría para alojar localmente los datos que se guardarían en los servidores de Google a partir del acuerdo “no es nada que no esté al alcance de los data centers de Antel”. Además, tanto Simon como Perera señalaron la dificultad en el acceso a la información oficial sobre el convenio. Es por eso que solicitaron una reunión al Consejo Directivo Central de la ANEP que los recibirá hoy durante su sesión para conversar sobre el tema. El último punto de la declaración de la Udelar precisamente plantea que la institución se pone a disposición para “colaborar activamente en la discusión abierta y minuciosa de alternativas eficaces en el plano tecnológico, social y económico, que sean garantes de la protección de los derechos consagrados por la legislación nacional”, en referencia a la normativa sobre protección de datos personales.

Según figura en la página web del Plan Ceibal, los docentes de primaria y secundaria pública y privada ya pueden solicitar la cuenta de Google con los beneficios que plantea el acuerdo, mientras que los estudiantes podrán hacerlo después de las vacaciones de julio. Para Simon, además, se genera un problema en el caso de quienes decidan que no quieren utilizar esa herramienta, porque no se plantean alternativas posibles, por lo que se preguntó cómo se trabajará con ellos. Además, la decana criticó la lógica de las plataformas sin límite de almacenamiento, porque consideró que no educan para sistematizar información y, a la larga, alguien termina pagando por todo el material que se aloja en los servidores.

La discusión en el CDC de la Udelar también analizó lo que ocurre con estos temas a la interna de la institución. Un planteo de la Facultad de Información y Comunicación, que brinda a todos sus funcionarios correos institucionales con base en los servidores de Google, hizo que se marcara la necesidad de diagnosticar el estado de situación de cada uno de los servicios, que a pedido del Orden de Egresados deberán suministrar información al respecto.

el artículo original puede accederse en el siguiente link: http://ladiaria.com.uy/articulo/2015/7/cumulus-nimbus/

Nota el La Diaria, 8 de julio 2015